RESIDENCIA NOVOHISPANA EN MÉXICO

A solo dos cuadras del jardín central y cercana a lo más interesante que ocurre en San Miguel, con la tranquilidad de su reposado interior se ubica esta mansión por la que se accede a un recibidor con chimenea al centro, custodiada por dos libreros empotrados a los muros antiguos con vidrieras aparadores que le imprimen ese carácter de sobriedad junto al candil que pende en entrepiso de gran altura entre vigas de madera. Después de esta primera impresión y atraves de puertas de gran altura, se divisa un dramático claustro con arcada de capiteles jónicos en cantera. El claustro posee una techumbre deslizable a triple altura apenas visible, pues la mirada es robada por la fuente de talavera que adosada al muro nos conduce a una altura superior hasta las tres efigies que dan nombre a esta mansión: Tres Monjes. Elaborados en cantera a tamaño natural y que son testigos de las más amenas reuniones en este fantástico lugar. Desde el claustro se accede a una escalinata de gran formato con baranda de herrería rematada con herrajes de estilo antiguo; asimismo y atraves de puertas francesas al comedor de doble altura. Continuando del comedor se ubica la cocina estilo poblano con estufa de talavera con seis quemadores, tiro de campana también en mampostería tapizada en la misma talavera, refrigerador de doble puerta, alacena con puertas de madera sólida y a un lado un pequeño patio de servicio que hace las veces de cubo de luz con equipo de lavadora y secadora incluidas. En la parte superior hay un amplio corredor como el que resguardan las columnas del claustro, y separan los dos amplios dormitorios en puntos opuestos dándoles absoluta privacidad a cada uno. En cada uno de los dormitorios de amplias dimensiones existen sendas bóvedas que dan frescura además de estilo y calidez, hay también postigos de madera en las ventanas que aseguran un sueño sin luz ni ruido. Closets vestidores, bañeras de talavera y sobre todo la clase de vivir con clase en San Migue de Allende.